jueves, 27 de marzo de 2008

Primer capítulo completo



Os pego aqui el primer capitulo con todo detalle:


Emma acaba de hacer sus largos matinales, empleando sin cesar su energía, piscina arriba y piscina abajo, mientras Cleo la cronometra. Es una tarea tediosa pero Cleo se ha ofrecido voluntaria. Mientras Emma se seca Cleo sugiere que cojan una película pero Emma está decidida a ir a la playa. La playa y Cleo no hacen buenas migas. Por mucho que Cleo trate de convencer a Emma de que una película es una mejor opción, Emma está decidida. A regañadientes, Cleo se borra del plan.
Más tarde, Cleo, camino de casa, va deambulando por el puerto deportivo. Advierte que el chico malo del barrio, Zane Bennett, está tratando de arrancar su cara lancha zodiac. No está teniendo mucha suerte y, aunque no es precisamente un ser agradable, el tierno corazón de Cleo siente pena de él. Cuando le pide que le ayude, ella acepta.
Pero Zane quiere que ella suba a bordo para que le pase una llave inglesa; no tiene las manos libres. Cleo se resiste mucho a la idea: el agua le da miedo. Sin embargo, Zane tiene un piquito de oro; su mejor arma es su encanto y acaba convenciendo a Cleo para que suba al bote.
Cleo oculta su cabeza en el motor para ayudarse a superar el miedo. Inmediatamente cae en la cuenta de que falta una bujía, pero cuando se da la vuelta para decírselo a Zane, ¡ve que la zodiac ya no está amarrada al muelle! Ella se aleja flotando y Zane se ríe desde tierra firme. Le dice que de todas formas estaba harto de la zodiac y que ha logrado que su padre le compre un barco más grande. ¡Si consigue ponerla en marcha, puede quedársela sin cumplidos! Cleo está aterrorizada mientras la barca flota a lo largo del muelle camino de mar abierto.
Cuando Cleo está a punto de desmoronarse presa del pánico, una figura salta del último barco amarrado al muelle y aterriza en la zodiac. Es Rikki, la irritable nueva chica, la que parece no querer hacer amigos desde que llegó a la ciudad. La solitaria.
Cleo le dice que no debía haber subido a bordo. Ahora las dos se alejan flotando y Cleo está casi histérica viviendo su peor pesadilla. A no ser que consigan arrancar la zodiac, acabarán en mar abierto. Es entonces cuando Rikki saca la bujía.
Mientras vuelve a colocarla, explica que fue ella quien la cogió. "Ese Zane es un cerdo. Cualquier cosa que pueda hacer para fastidiarle me parece bien". La zodiac arranca a la primera.

Cleo se alegra un horror y Rikki se convierte inmediatamente en su nueva heroína, de modo que cuando Rikki sugiere usar la zodiac para una excursión, Cleo acepta entusiasmada. Arrancando a toda velocidad, se acerca a Zane, que vuelve andando a la zona del canal. El agua levantada por la zodiac le deja hecho una sopa. Cleo se ríe. ¡El día que empezó mal está resultando de primera!
Cleo disfruta como una loca mientras avanzan por los canales que rodean las zonas residenciales de su ciudad. Pasan como un bólido por debajo de los bajos puentes teniendo como fondo las elegantes torres de la Costa de Oro. Cerca de la casa de Emma, ven a ésta que vuelve de la playa. Cleo la convence para que se una a la excursión.
Desde el principio, la conservadora Emma y la rebelde Rikki no se llevan bien. Pronto queda claro que la idea que Rikki tiene de una excursión supone un rápido viaje lejos de la costa y a Emma no le causa buena impresión. Todavía siguen discutiendo sobre las ventajas del viaje cuando la zodiac se queda sin combustible a varias millas de la costa. No hay ningún barco cerca y las chicas se ven flotando rumbo a la isla de Mako. El enojo de Emma es ahora incluso mayor. La isla de Mako tiene fama de peligrosa. Está deshabitada, tiene un volcán inactivo y las aguas que la rodean están infestadas de tiburones.
Remando hacia la isla misteriosa, las chicas tienen decisiones que tomar y cuando se juntan varias personalidades fuertes, eso no es nada fácil. Finalmente optan por dirigirse a terreno elevado para conseguir cobertura para el móvil. Sus diferencias naturales, unidas a la irritabilidad de Rikki, no ayudan a que la tarde resulte placentera pero las prioridades cambian rápidamente cuando Cleo desaparece en una cascada.
Parece que ha caído en un túnel situado detrás de la cascada. El crepúsculo está cerca y la única forma de ayudarla es seguir la misma senda.
Habiendo caído en una amplia caverna, las adolescentes se quedan pasmadas al descubrir que están en un sistema de viejos túneles debajo del volcán inactivo. Mirando hacia arriba, pueden ver luz a través del cráter, pero no hay forma de salir por ahí.
Ya ha oscurecido cuando Emma descubre que la única salida consiste en nadar a través de un canal que discurre bajo el nivel del agua, y que conecta el estanque situado en el fondo de la caverna con el mar abierto. Cleo, naturalmente, no será de la partida. ¡Le da miedo el agua y no sabe nadar! Después de engatusarla un rato largo, las otras consiguen convencerla de que, al menos, se meta en el estanque. Sin embargo, sus aguas no son lo que parecen.
Cuando las chicas se introducen en el agua, la luna llena aparece sobre el borde del cráter. Su luz cae sobre el estanque, que resplandece misteriosamente. Las chicas logran finalmente salir nadando pero tienen que ayudar a una reacia Cleo.
Mientras Emma y Cleo se dirigen de vuelta a la zodiac, echan a Rikki la culpa de su desgracia. Ésta se lo discute. Cuando ven un barco lejos de la orilla le hacen señales como locas. Por suerte las ve y pone rumbo hacia la isla.
De regreso en el puerto deportivo, encuentran allí a Zane acompañado de la Policía Marítima. El acaudalado padre de Zane la llamó al darse cuenta de que la zodiac había desaparecido. Zane acusa a las chicas de haber robado su barca. Cleo le recuerda que dijo que si era capaz de arreglarla podía quedársela. Rikki susurra que ella le contará a la policía con todo detalle cómo trató Zane a Cleo y, casualmente, Zane cambia rápidamente de parecer. Pero Zane les guarda ahora rencor a las chicas. A ellas no les importa nada que Zane tenga que dar algunas explicaciones a la Policía Marítima y, para las chicas, todo vuelve a la normalidad y eso es lo que importa. Sin embargo, al día siguiente, las chicas descubren una detrás de otra que su vida nunca volverá a ser normal.
Es Emma la primera que se percata cuando se dirige sola a nadar entre las olas por la mañana. De repente, sale a la superficie con el asombro pintado en la cara. La cámara se dirige hacia abajo, sumergiéndose. ¡Emma tiene una cola de pez! Las otras descubren exactamente lo mismo pero en situaciones más violentas.
A Cleo le sale la cola en la ducha. Es muy difícil explicar al resto de la familia por qué se encierra en el cuarto de baño hasta que se seca. Cleo está aterrorizada de lo que ha ocurrido.
A Rikki le da el chorro del aspersor del jardín y eso provoca el cambio. Se queda horrorizada y se arrastra bajo unos arbustos donde no puedan verla hasta que el fenómeno desaparece. Aun después, sigue muy agitada.
Se intercambian rápidamente SMS y, después, Emma, Cleo y Rikki celebran una reunión de emergencia en casa de Cleo. Las chicas son presa del pánico. Parece que diez segundos después de que el agua las toque, les salen colas de sirena que luego desaparecen cuando no están en contacto con el agua. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué les ha ocurrido? Las chicas tienen muchas preguntas pero ninguna respuesta. Es Rikki la primera que emplea la palabra "sirenas". La palabra es bonita pero la realidad las asusta.
Convertirse en una sirena al contacto con el agua viene bien si una quiere respirar estando sumergida, ¡pero es una calamidad si una está lavando platos! ¡O si está en una fiesta junto a una piscina tratando de impresionar a un chico guapo! De repente, la vida se ha complicado en exceso y todas le echan la culpa a Rikki. Ni siquiera pueden salir ahora: ¡está lloviendo!
Cleo está aún más disgustada que las demás. La situación es como su peor pesadilla. "Yo nunca pedí que esto ocurriera", dice sollozando.
Alguien las interrumpe cuando llama a la puerta. Es el bueno de Lewis, un amigo de Emma y Cleo, que recuerda a ésta que habían quedado para estudiar. Su cabello está aún húmedo por la lluvia y cuando agita la cabeza, unas gotitas casi le caen encima a Cleo, que da un grito. Emma extiende instintivamente sus manos en actitud defensiva. Sólo ella se da cuenta de que las gotitas de agua se convierten en bolitas de hielo cuando caen al suelo. Está demasiado atónita para hablar.
Lewis cree que la reacción de Cleo es un tanto extraña y sugiere que quizá deberían estudiar en otro momento. Ella acepta el ofrecimiento y a continuación, sabedora de que Lewis es un estudiante de sobresaliente, le pregunta qué sabe de las sirenas. Lewis no sabe mucho y la pregunta le confunde.
Cuando se han librado de él, Emma se pregunta qué le ha llevado a Cleo a hacer esa pregunta a Lewis. Le daría un ataque si averiguara la verdad. Rikki le dice a Emma que su reacción es exagerada.
"¿Tú crees? Mira", le contesta. Emma repite su gesto de defensa apuntando a un vaso de agua, que se congela y el vidrio salta hecho añicos. Cleo se queda de piedra. "¡Qué guay!", dice Rikki. Pero cuando las otras tratan de repetir la hazaña, no pueden hacerlo. "¿Por qué sólo me pasa a mí?" pregunta Emma.
Emma, aun estando asustada como ahora, es la jefa natural. Por extraño que todo esto resulte, está decidida a averiguar de qué va todo esto, y la única forma de lograrlo es volver al agua. Pero le da un poco de aprensión hacerlo sola. Quiere otra voluntaria. Por mucho que Cleo lo desee, le da demasiado miedo. Es Rikki la que acaba aceptando, ¡pero insiste en que Emma tiene que dejar de tratar de decirle lo que hay que hacer!
Más tarde, Emma y Rikki están en una playa desierta. Las invade la inquietud. A medida que se dirigen cautelosamente al agua, sienten un cosquilleo. Diez segundos más tarde, se transforman. Por desgracia para ellas, están erguidas sobre sus colas. Se desequilibran y caen de espaldas en el agua. Pero no se trata más que de un pequeño tropiezo. Esta vez, para ambas, estar en el agua es una sensación asombrosa y estimulante.
Nadar se convierte en algo mágico. Su perspectiva del océano es completamente nueva y, cuando Emma se impulsa a través del agua con su cola, nada a mayor velocidad de lo que jamás lo hizo. Emma y Rikki disfrutan de cada minuto.
Se elevan con los delfines en la estela de un barco –se deslizan bajo el agua a través de lechos de algas- se desplazan como lo hacen peces de todas las formas y tamaños. Es como un sueño infantil hecho realidad. Ni siquiera Rikki puede borrar la sonrisa de su rostro.
Entre tanto, Cleo encuentra a Lewis en el cibercafé local consultando en la Red todo lo que puede sobre las sirenas. Le sorprende que se tomara su pregunta en serio, quizá es que ella le gusta.
En la vacilante mirada que se cruzan, percibimos que hay mucho oculto bajo la superficie. Sin embargo, Lewis se mantiene como si nada. Le dice que simplemente está ayudándola.
Pero cuando salen del local, cogen un atajo por un callejón donde Zane les sale al paso montado en su moto de trial. Está claro que le guarda mucho rencor a Cleo. Conduce su moto trazando círculos alrededor de Cleo y Lewis, acelerando el motor y acosándolos. Le recuerda a ella constantemente que nadie deja a Zane Bennett en mal lugar.
La antigua Cleo se habría echado a llorar pero, ahora, aunque asustada, guarda un extraño silencio. Una boca de incendios situada junto a la moto de Zane atrae su mirada. La fija en ella. La mira en silencio; la boca se pone a vibrar. Mientras Zane grita con arrogancia, Cleo levanta de repente la mano. La toma de agua explota súbitamente; un chorro sale de ella alcanzando la moto de trial de Zane y arrastrándole a él y a la moto al otro lado de la calle hasta arrojarlos a un canal cercano. Lewis está asombrado, aunque ni la mitad que Cleo.
Cleo se mira las manos, estupefacta. "¿He hecho yo eso?", farfulla. Se escabulle rápidamente antes de que Lewis pueda preguntar qué ha ocurrido aquí exactamente.
Lewis se queda de pie solo haciéndose un millón de preguntas.
Mientras tanto, Emma ha invitado a Rikki a cenar en su casa. Rikki no alcanza a creer que Emma tenga una familia tan normal. ¿Dónde están las peleas con su hermanito Elliot? ¿Dónde está la tensión? Todo esto se pasa un poco de bonito. Rikki piensa que da algo de miedo.
Pero Cleo no tarda en llegar corriendo para romper la calma. Está nerviosa y excitada. Emma se lleva a las dos a su cuarto y cierra la puerta con llave, con gran disgusto de Lisa, la mamá de Emma. "Nunca antes había tenido secretos para nosotros" susurra Lisa a su esposo, Neil. "Está sufriendo los cambios propios de su edad", dice sabiamente Neil.
En la habitación de Emma, Cleo acaba de contarles lo sucedido con la toma de agua. Cuando trata de repetir el truco con un vaso, consigue que una columna se alce en el aire, derramándose luego en el cajón de los calcetines de Emma. "Es un poco incontrolable", dice Cleo. "¡Pero tendríais que haber visto la cara que puso Zane!"
Riéndose de sus calcetines mojados, Emma se siente a la vez asombrada y orgullosa de Cleo. Rikki está un tanto molesta porque ella parece no tener ningún otro poder…todavía. Se sienten, al tiempo, emocionadas y ligeramente asustadas. Este asunto de las “sirenas” es bastante disparatado. Es bonito, levemente peligroso y muy apasionante.
Todas están de acuerdo en que tienen que mantenerlo en secreto. Si alguien lo descubriera, podría haber problemas. Las mandarían a un circo, las diseccionarían o sabe Dios qué. El secreto no puede salir de ellas tres.
Emma las hace juntar las manos y jurar que cada una guardará el secreto de las demás. Rikki se resiste un poco. "Esto no significa que estemos casadas, ¿verdad?", dice bromeando. Emma la lanza una mirada… pero entonces, por primera vez, se ríe de una de las bromas de Rikki.
Quizá las cosas estén mejorando. Después de todo, están de acuerdo en una cosa: están juntas en esta aventura, sin que importe qué otras cosas ocurran.